Al igual que las arcillas y engobes, distinguimos entre alta y baja temperatura y, por su formato, polvo o suspensión (líquido listos para aplicar).

Las múltiples variables que conviven en el proceso de desarrollo de un vidriado nos obligan a ser metódicos en cuanto a la elección de las curvas y los tiempos de cocción, la capa aplicada, etc.

Aplicaremos, por norma, sobre una pieza previamente cocida, evitando de esta forma problemas derivados de la monococción.

Este texto de BOTZ (fabricantes de esmaltes de alta calidad en Alemania) es muy detallado sobre las diferencias de trabajar productos en polvo o ya preparados. Extensible al resto de esmaltes de uso cerámico. Prácticamente todos los colores que ya se trabajan son exentos de plomo. Esto no hace que todos sean aptos para trabajar sobre pieza culinaria, si bien amplia mucho las posibilidades. Realmente debemos evitar aquellos craquelados y metalizados:

«Si trabajas con arcilla y esmaltes, manipulas materias primas que pueden ser perjudiciales para la salud. Por eso, es fundamental conocer estos riesgos potenciales, evitarlos en la medida de lo posible y poder gestionar el riesgo residual. Como fabricantes de esmaltes, nuestra prioridad desde el principio fue  producir esmaltes sin plomo para aplicar con pincel.

El plomo se añadía y se sigue añadiendo a los esmaltes como fundente para reducir su punto de fusión y generar ciertos efectos. Si el plomo entra en contacto con la pasta cerámica, puede tener consecuencias muy perjudiciales para la salud, sobre todo porque pequeñas cantidades pueden liberarse del esmalte tras la cocción debido a su baja acidez (solubilidad). Por consiguiente, SKG no utiliza plomo en ninguno de sus productos BOTZ.

Los esmaltes BOTZ para aplicar con pincel se entregan listos para usar, sin exposición al polvo.

Anteriormente no se añadía cadmio a nuestros esmaltes, ya que es perjudicial para la salud en su forma libre. Actualmente, utilizamos cadmio encapsulado en silicato de circonio, es decir, está unido. La pérdida de cadmio en los pigmentos de inclusión es 1000 veces menor que en los esmaltes de cadmio convencionales. Por lo tanto, nuestros intensos colores rojo y naranja no son tóxicos.

El término «no tóxico» significa que el producto contiene materias primas, pero también sustancias peligrosas en una concentración considerada no tóxica según la normativa alemana sobre sustancias peligrosas. BOTZ es completamente atóxico.

Los términos «no tóxico» y «tóxico» hacen referencia a la dosis de una sustancia y resultan inapropiados para el sector de los esmaltes. Por ejemplo, el selenio puede ser beneficioso para el organismo en bajas concentraciones, pero extremadamente dañino en grandes cantidades. Ningún esmalte puede considerarse «no tóxico»; sin embargo, en inglés se suele hablar de productos de BOTZ que no requieren la denominación de «no tóxico»».

En cuanto a la aplicación o no en vajilla, vemos cómo los fabricantes, además de tener en cuenta los componentes de los colores, tienen además presente el tipo de esmalte resultante:

«En cerámica, no utilizamos el término «apto para uso alimentario» porque las condiciones específicas de aplicación y cocción del esmalte son decisivas para su uso en vajilla. Algunos esmaltes, aunque no contengan sustancias tóxicas, como los esmaltes mate, no son adecuados para vajilla ni vasos por motivos estéticos e higiénicos. Dentro de la gama de cocción de loza, BOTZ recomienda algunos esmaltes para las caras interiores de la vajilla, que no representan ningún riesgo incluso en condiciones desfavorables. BOTZ PRO es totalmente apto para vajilla, al igual que casi toda la gama de gres BOTZ.»

Es por ello que dentro de los colores de la firma BOTZ veremos una cantidad reducida que indique específicamente «RECOMENDADO».

En resumen, si bien prácticamente todo el catálogo que presenta MARPHIL, tanto polvo como líquido, es sin plomo, es importante también saber el tipo de cocción que se va a realizar, si la pieza tiene o no textura que pueda crear dificultades para el lavado, aplicación, etc, para definir o no el uso de un esmalte para una u otra pieza.

En cuanto a las cocciones, también indican:

«Toda cocción genera humos, ya sea de bizcocho o de esmalte, independientemente del tipo de arcilla o esmalte y del fabricante. Estos humos contienen, por ejemplo, monóxido de carbono, dióxido de azufre y compuestos de flúor. Los humos de cocción son perjudiciales para la salud y deben evitarse en la medida de lo posible. Asegúrese de que haya buena ventilación y desgasificación. Los fabricantes de hornos u otros proveedores instalan sistemas de extracción de aire adecuados sobre el punto de cocción. Al calentar algunos colores a temperaturas entre 200 y 300 °C, pueden aparecer olores desagradables. Si bien el olor puede resultar desagradable, no representa un riesgo adicional y desaparece a unos 400 °C. Es menos intenso una vez que el esmalte se ha secado por completo (después de 1 o 2 días). En resumen, ¡evite permanecer en la sala de cocción durante el proceso!».