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Noemí Iglesias: «La porcelana tiene un valor milenario y es necesaria su presencia en los circuitos contemporáneos».

Noemí Iglesias: «La porcelana tiene un valor milenario y es necesaria su presencia en los circuitos contemporáneos».

Noemí Iglesias es un artista cerámica en continua formación. No deja de explorar, entre la técnica y el concepto, y actualmente la porcelana se ha convertido en su material fetiche. A través de ella analiza ideas que tienen que ver, entre otras conceptos, con la mercantilización del amor.

Fragilidad, resistencia, sensibilidad y durabilidad; son características que Noemí Iglesias aprecia en la porcelana y que representan una alegoría de sus proyectos recientes. El análisis de las relaciones emocionales en un entorno cada vez más monopolizado por el uso de las tecnologías, donde el contacto, hoy más de actualidad que nunca, se ha visto sustituido por una pantalla. Reflexión y materia, en comunión.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, la carrera de Noemí Iglesias combina formación y residencias internacionales, que hacen de ella una profesional sólida y con especial interés por ampliar conocimientos.

Soy muy consciente de que para seguir avanzando es necesario tener una formación lo más amplia posible y explorar diferentes técnicas.

Nos producen admiración al tiempo que mucha curiosidad sus numerosas experiencias en el extranjero en su carrera artística. Ha estado en Finlandia, Grecia, Italia, Corea, China…, y con la cerámica como eje conductor.

 

¿Cuándo supiste que querías dedicarte al Arte?

Siempre lo supe, o al menos no tengo el recuerdo de haber querido dedicarme a otra cosa. Cuando era pequeña iba a clases de pintura, después estudié Bellas Artes en Bilbao, donde me especialicé en escultura, y, poco a poco, he ido enlazando una cosa con otra. Me formé en técnicas de reproducción con escayola y bronce en la Athens School of Fine Arts, y el año pasado recibí la titulación de Máster en Bellas Artes en la Tainan National University of the Arts de Taiwán.

Has estado varios años trabajando fuera y enlazando residencias cerámicas. ¿Qué te aportan?

Me parecen experiencias súper enriquecedoras y positivas. Creo que es importante para los artistas ser capaces de trabajar en diferentes ambientes y conocer qué es lo que se está haciendo en los circuitos del arte desde una perspectiva más general. Personalmente, tengo muy buenos recuerdos del International Ceramics Studio de Hungría, el Arctic Ceramics Center de Finlandia, la Factoría Cultural de Avilés, La Meridiana School of Ceramics de Florencia, el Gimhae Clayarch Museum de Korea… La última residencia que he hecho este año, ha sido en la fábrica de porcelana Vista Alegre, en Portugal, y las próximas serán en la Shanghai Academy of Arts and Design y en el Taoxichuan International Studio en Jingdezhen.

blanos de tu reciente experiencia realizando flores de porcelana en las fábricas de China.

Aunque fue en China donde aprendí por primera vez, el oficio de las flores es una técnica industrial desempeñada íntegramente por mujeres a lo largo del siglo XX, tanto en las fábricas de cerámica europeas como en las asiáticas. Por lo que he podido ver hasta ahora, el modo de realizar las flores es un poco diferente: en Asia utilizan herramientas de bambú específicas para estirar la porcelana y dejar cada pétalo lo más fino posible.

Este año, durante mi estancia en Vista Alegre, pude ver la técnica que utilizan en el contexto europeo y me pareció una manera mucho más accesible ya que no se sirven de ningún tipo de herramienta, los pétalos se hacen solamente con las manos.

Por la dificultad y el tiempo que se emplea en hacer cada pieza, es una técnica obsoleta que está prácticamente desaparecida del entorno industrial.

De hecho, en esta fábrica, sólo quedaba una mujer que conocía la técnica de las flores.

Relacionado con esto, tu obra más reciente está hecha de porcelana. ¿Qué tiene de especial este material, para Noemí Iglesias?

La porcelana es un material muy sensible, traslúcido, frágil, resistente, compacto y duradero. Me siento muy cómoda trabajando con ella, creo que es importante identificarse tanto con el resultado, como con el proceso.

En mi trabajo, utilizo la porcelana y recupero procesos tradicionales para representar la actual mercantilización del enamoramiento y cómo los patrones emocionales son asumidos socialmente como iconos de consumo en la producción de una utopía romántica, donde las experiencias sentimentales se presentan como estrategias comerciales a través de productos fabricados por industrias específicas.

 

¿Cuál de todos los proyectos que has realizado hasta la fecha, identifica mejor tu trabajo?

Quarantine, sin duda, una aportación a la situación actual que hice en 2019 mientras todavía vivía en Taiwán.

Se trataba de una investigación performativa sobre los patrones de comportamiento emocional dictados por el uso de plataformas geosociales como Tinder.

La aplicación está considerada como una de las más importantes del mercado digital, permitiendo la comunicación entre personas en base a sus preferencias para chatear y concretar citas o encuentros.

Sobre este contexto, abrí un perfil que me permitió concertar 40 citas, una cada día, con 40 usuarios diferentes. Finalizada la cuarentena, cerré el perfil y eliminé la aplicación del teléfono.

Fue un proyecto bastante intenso que requería de una implicación emocional máxima. Cuando estás en Tinder, experimentas una aparente sensación de libertad sin fin, promovida por la aplicación que va unida a un excesivo narcisismo. Esto genera un sistema escalonado donde el amor se plantea como objeto hedonista de fácil consumo, sin trascendencia ni transgresión.

Parecía que, en un contexto de posibilidades ilimitadas, no era posible el amor, y la única destreza que adquiría era la de terminar rápidamente para volver a empezar desde el principio.

Finalmente, la instalación presentaba una serie de 40 máscaras de porcelana cocidas en cajas refractarias con carbón a 1280 °C. Cada máscara es única y lleva en la parte de los respiraderos un trabajo floral muy delicado, hecho íntegramente a mano.

Técnicas preferidas o que más utilizas. ¿En qué te estás especializando y por qué?

Utilizo una variedad bastante amplia de técnicas dependiendo de lo que necesite en cada momento. Al principio, empecé trabajando con moldes de escayola y porcelana colada. Poco a poco he ido aprendiendo y ampliando el abanico de recursos técnicos: construcción por planchas, torno, procesos manuales… Esto me permite bastante libertad a la hora de resolver las piezas.

¿Crees que el material cerámico encaja en el sector del Arte? ¿O es más complicado hacerse hueco?

La cerámica, en términos generales, siempre ha estado más relacionada con las artes aplicadas, las artes decorativas y el diseño. Sin embargo creo que esta tendencia está cambiando y, actualmente, cada vez son más los artistas que incorporan este material en sus creaciones.

La porcelana tiene un valor histórico milenario y es necesaria su presencia en los circuitos contemporáneos.

Referentes, ¿qué o quién te inspira?

Artistas que trabajen con formatos perfomativos y medios escultóricos. Me gusta mucho la poesía que se desprende en la obra de Sophie Calle, la ironía excéntrica de Sarah Lucas, la delicadeza de Hitomi Hosono, el humor de Hito Steyerl, las instalaciones envolventes de Chiharu Shiota, la fuerza del Vilma Villaverde y el diseño limpio de Ann Van Hoey.

También son referentes constantes la música, los iconos culturales y los movimientos sociales que acontecen en los lugares en los que me encuentro: Rebel Heart, de Madonna, dio título a una exposición individual en la Galería Espacio Líquido, que tomaba como punto de partida las protestas contra la controvertida Ley de Extradición en Hong Kong el verano pasado.

Emotional Rescue, de los Rolling Stones, me sirvió para la instalación de flores de loto en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial.

La situación del mercado actual ha dado un giro de 180 grados debido a la pandemia. ¿Cómo crees que puede afectar esto a la venta y distribución de obras de arte?

En una situación de crisis, sanitaria o de cualquier otra índole, el sector artístico y cultural suele ser el más afectado. Aunque la experiencia en vivo es bastante necesaria a la hora de apreciar una obra de arte, en este último tiempo, se han lanzado una serie de iniciativas online bastante acertadas que permitieron ampliar la experiencia del espectador accediendo a los contenidos a través de recorridos virtuales, entrevistas, charlas…

Las últimas en las que he participado han sido “Queremos más arte” impulsado por DKV y Arteinformado con el proyecto “Histéricas, locas y enfermas” del colectivo Suma Barbarie; “Pandemia” en el Museo Virtual de la colección MIA Anywhere de Alejandra Rioseco y Cuartentena comisariada por Natalia Alonso.

¿Qué recomendación darías a alguien que quiera dedicarse al mundo del arte y de la cerámica, en particular?

Mi consejo sería que sean pacientes y constantes. La cerámica tiene sus tiempos y es importante conocerlos y respetarlos para seguir avanzando.

Algo que no puede faltar en tu estudio, para realizar tus piezas de cerámica.

¡Muchas cosas! Es importante tener la herramienta adecuada para cada tipo de trabajo, te ahorra mucho tiempo y esfuerzo.

El momento actual no permite pensar a largo plazo, sin embargo, ¿qué proyectos tienes entre manos?

En esta situación extraña, resulta difícil pensar en futuros a largo plazo.

Actualmente estoy trabajando en una pieza de gran formato en la Fundación BilbaoArte. El 23, 24 y 25 de octubre, estaré en el estudio PotteryGym de Madrid impartiendo un curso monográfico sobre flores de porcelana y en noviembre presento el proyecto IT Love, una propuesta dedicada al estudio de la objetualización emocional, observando cómo se establecen los vínculos afectivos a través de las redes sociales, en estos momentos donde la cercanía corporal no está permitida.

IT Love ha sido galardonado en la última edición del Premio LABjoven_Los Bragales, promovido por LABoral Centro de Arte y Creación Industrial y la Colección Los Bragales.

Es un placer para nosotros contar con su presencia como formadora en el Workshop que tendrá lugar en nuestras instalaciones a finales de octubre.

Hablaremos de su trabajo, conoceremos su técnica para crear flores de porcelana, y pos supuesto, pondremos en práctica lo aprendido.

Workshop Noemí Iglesias Barrios

Gracias Noemí por hacernos reflexionar con tus proyectos y por despertar nuestra absoluta admiración. Sabemos que queda mucho por delante y estaremos ahí para verlo.

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